Por qué nace Pituti...mi historia (parte 2)

Como bien se dice que "lo prometido es deuda" , aquí estoy otra vez para seguir con mi historia y ahora toca contaros por qué nace Pituti.

Los que habéis leido mi primer post recordareis que os conté que mi primera hija la tuve muy joven. No me encontraba en la situación mas farovable para ser madre en ese momento...pero mi niña llegó.
Como toda madre hice lo que estaba en mi mano trabajando desde que ella tuvo 3 años hasta el día de hoy que tiene 12 para que siempre pudiera tener todo lo que necesitaba y ¿por qué no?, todo lo que ella quisiera, en medida de mis posibilidades.

Pero para ser realistas, en nuestra unidad familiar directa (ella y yo) sólo entraba mi sueldo. Si le sumamos los gastos mensuales normales de cualquier persona que se mantiene a sí misma, gracias a Dios le podía comprar a mi niña lo que necesitaba pero no podía permitirme muchos "caprichos" o novedades por su alto precio.

Recuerdo un día ir caminando por la Plaza del Príncipe, en el centro de Santa Cruz de Tenerife y ver a otras mamás con mejor situación económica que yo paseando con sus pequeñines. Cuando pasaba por su lado, como la mayoría de las madres primerizas hacemos, los miraba y les dedicaba algún piropo. A continuación era muy común que la mamá y yo entablásemos alguna que otra conversación y siempre pero siempre acabábamos contándonos la una a la otra cómo había sido nuestro parto...seguro que les ha pasado jajaja. Nos lo hemos llegado a contar hasta dos o tres veces...supongo que como la experiencia más maravillosa de nuestra vida, o hasta la más dura en algunos casos.

Pues bien, que me voy  por las ramas, la mayoría de esos hermosos bebés estaban siempre estrenando monadas exclusivas que los diferenciaban de los bebés de las madres mileuristas como yo.
Desde chupeteros super chulos, artilugios que no sabía ni que existían, chupetes personalizados, mantitas y mordedores que salían de lo común (me refiero que eran totalmente diferente a los que yo usaba del Mercadona). ¡Me encantaban todas esas cosas! Pero para ser realistas al ver sus precios no podía permitirme un chupetero de 17 euros ni un mordedor de 15 euros. Aún así mi bebé era feliz y yo también porque ella lo era...pero me hubiese encantado lucir esas cositas.

Ya pasado el tiempo, a día de hoy, por motivos de salud me he visto obligada a estar un tiempo en casa. Uno de los síntomas de una disfunción que padezco es la tendencia a la tristeza o depresión...pero teniendo un marido fabuloso y tres pequeños que necesitan una mamá alegre y dinámica (dentro de mis posibilidades) pensé en emprender algo que me hiciera ilusión. Algo que me diera ganas de levantarme cada día, algo que me permitiese hacer partícipe a mis niños y a su vez un proyecto que me uniese cada día más a mi marido...sería mucho pedir?

Dándole vueltas a la cabeza sobre algo realista que me permitiese lo anteriormente dicho era un comercio online ya que podría hacerlo desde casa y no me supondría un horario estricto, por lo cual podría adaptarlo a mi situación. Aunque entre mi marido y yo pensamos varias posibilidades, he de decir que al encontrar un producto en particular destinado a los niños lo tuve claro: quería poder traer al alcance de todos los bebés del mundo cositas prácticas y chulas. Que la exclusividad y la novedad no estuvieran ligadas a la posición económica de los padres. Al fin y al cabo:


                                                     ¡todos los bebés merecen cositas bonitas!


Es entonces cuando nace Pituti. Porque todos los padres quieren lucir cosas lindas para sus bebés. Porque a veces un proyecto no es cuestión de querer hacerse rico, sino de compartir una ilusión. Al fin y al cabo la ilusión es de las pocas cosas que si se comparte se acaba teniendo mas. 

Por eso Pituti. Porque me sigo parando cuando veo a una mamá paseando con su bebé y acabamos hablando de nuestro parto. Porque me encanta la sensación de orgullo que sentimos los papás cuando vemos a nuestro bebé arregladito. Porque yo también dejé de comprarme cosas necesarias para que mi niña tuviera algo chulo para lucir. Pero, sobre todo, porque el dinero no da la felicidad...no te hace más feliz poder comprar más cosas, pero sí te hace feliz poder regalarle a los tuyos cositas bonitas compradas con amor y no tener que privarte de cosas necesarias por hacerlo.

En mi siguiente post os contaré qué producto fue el que me conquistó a primera vista para saber que ésto es a lo que quería dedicar mi tiempo.

* Os adjunto una foto con mi pequeña dormidita en mis brazos...tenía entonces 4 añitos.


Comentarios